Monthly Archives: May 2013
06/05/13 Odio las medallas
Estaba leyendo que al director de orquesta ruso Valery Gergiev su amigo Putin, además de construirle un teatro para que juegue, le ha impuesto la condecoración de Héroe del Trabajo. Es un honor que no se concedía desde los tiempos soviéticos, y el sabor comunista se acentúa más si te fijas en que también le han dado la condecoración a un neurocirujano, un operador de maquinaria agrícola, un minero y un tornero. Todas profesiones honorables, útiles a la sociedad, de las cuales apenas hay ejemplos en España.
Y mi melancolía se acentuaba cuando recordaba que yo he estado en un acto de concesión de medallas al Mérito en el Trabajo, y entre las decenas de perceptores había sólo unos poquitos trabajadores propiamente dichos (uno de los cuales había estado cotizando como un cabrón durante más de 60 años), pero la mayoría eran empresarios de estos bien cazurros que tenemos en este país, artistas de medio pelo e instituciones benéficas.
Todo me lleva a concluir que aquí las medallas se prostituyen y las distinciones no son más que una burla grotesca, con lo que (como siempre) propongo ir al fondo del asunto y cambiar algunas de las condecoraciones existentes.
La Medalla a la Movilidad Exterior
En lugar de la actual y aburrida Medalla de Honor de la Emigración, se podría imponer la Medalla a la Movilidad Exterior, término acuñado por la ministra de Empleo que no desmerece en nada en orwellianismo a eso de la “devaluación interna” o la “flexiseguridad”. Se concedería a los que más hacen para que los jóvenes españoles se piren de este páramo sin oportunidades.
La Medalla MacGyver a la Investigación
Que sustituiría a la Medalla al Mérito en la Investigación y en la Educación Universitaria. La idea es que, dados los contínuos recortes en investigación y ciencia, y dada la idea del ministro del ramo de que hay que hacer “más con menos”, se recompensen los esfuerzos de los científicos que, con cuatro duros y a pesar de las mil y una putadas que les hace la Administración, van y tienen los huevos de seguir investigando.
La Orden de la Jeta de De Guindos
Precisamente, aprovechando la dureza de la cara del ministro de Economía, se podría instituir una nueva condecoración que sustituyese a la Orden de Cisneros, pensada para recompensar méritos políticos. Se podría conceder a aquel que, en el ejercicio de sus funciones representativas, dijese una ’boutade’ tan acojonante que en un país civilizado le costaría el cargo; pero aquí, como somos así, le damos una medalla.
Aquí también habría muchos potenciales beneficiarios; desde la propia Báñez, que no hay vez que hable en que no diga una melonada, hasta Montoro, que todo lo que dice es mentira, pasando por Feijóo, aquél que responde que “había nieve” cuando le preguntan a dónde se fue de vacaciones con un narco.
Pues ya sabéis, guapos; cinismo y sangre fría, e igual os lleváis una medalla el día menos pensado.
– Deploreibol
Tags: Báñez, De Guindos, Feijóo, Gergiev, medallas, Montoro, PP, profesiones, PSOE, Putin, trabajo
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04/05/13 Odio las pandillas de perros
Si tienes perro, ya lo sabes: por tu zona hay uno o más grupos de gente que sacan los perros más o menos a las mismas horas, se simpatizan, se ven todos los días, se comentan sus vidas… vamos, que forman pandilla. Yo, cuando era dueño de perro novato me ví, en distintos momentos, en dos o tres de estos grupillos, pero lo dejé. Igual que mi perro es un ser que prefiere ir a su bola y no le gusta la compañía de sus semejantes, mi caracter introvertido y misantrópico hace que prefiera pasear por mi cuenta, sin juntarme con la gente. Vamos, que soy un antipático y un gilipollas.
Pero al margen de mi carácter, es que hay cosas de estas pandillas que no me gustan, fíjate. Aquí un breve sumario.
1- Los rollos que se traen
Debe ser una cosa genética humana o algo así pero tengo observado que, por alguna razón, no se puede formar parte de un grupo de cuatro personas o más sin que, al cabo de un cierto tiempo, ese grupo se fragmente en varias facciones irreconciliables. Quizá esto es inevitable cuando hay poder de por medio, como cuando hay que dilucidar quién lidera la vanguardia proletaria en la revolución comunista…
… pero ¿por qué peleítas y malos rollos en un grupo de gente que sólo se ven para pasear a los perros? Pues, lo creas o no, los hay. Y como no hay nada que más me fatigue que la gente me cuente sus mezquinos problemas con no sé qué dueño de no sé qué otro perro, me alejo de estas pandillas de perros y recomiendo a todas las personas cuerdas hacer lo mismo.
2- El macho/hembra alfa
En estas pandillas de perros, según mi experiencia, siempre suele haber un líder no oficial que es el que más sabe (o el que más dice saber) de perros. Si tu perro tiene un comportamiento raro, te explica lo que es porque él lo sabe; si tiene un problema veterinario, te hace un repaso de todos los tratamientos posibles y te sugiere alguna cura casera; si es un chucho, te dice con todo el aplomo qué clase de cruces son el origen de su nacimiento.
En fin, un puto coñazo de tíos o tías.
3- Hombre blanco mayor de clase media
En todas estas pandillas hay bastantes personas que responden al siguiente perfil: Varón, de una cierta edad (55 para arriba), jubilado o prejubilado, en buena situación económica, y que está tan aburrido por no tener nada que hacer que se coge el perro y está horas de paseo con él. Estos tíos son un coñazo porque te dan unas brasas inacabables con sus aburridísimas historias de clase media.
Que sean de clase media no sólo garantiza que sus historias sean aburridas (los pobres y los ricos, por distintas razones, suelen tener vidas más interesantes), sino que también te dan el perfil político de este tipo de gente: en sus largos paseos sin nada que hacer, han llegado a la conclusión de que nos vamos al carajo, que todos los políticos son unos gilipollas y unos parásitos, que todo es una conspiración urdida por banqueros, que los jóvenes no tienen huevos para nada, y que si ellos mandasen iban a arreglarlo todo en dos patadas. Si te encuentras con uno de estos señores y quieres escuchar una hora y media de monólogo lleno de indignación e improperios, te recomiendo que uses una de las siguentes palabras:
Si alguna vez te habías preguntado quién vota a Unión, Progreso y Pan con Queso, son éstos.
Así que ya sabes, mejor pasear solo que mal acompañado. Yo no sé si me pierdo algo por no estar en una de esas pandillas, pero sí se lo que gano: no escuchar gilipolleces del tipo “este problema de tu perro se soluciona haciéndole unas friegas con vinagre”, “eso que te dice tu veterinario es una chorrada; tú hazme caso a mí”, “ya han pasado ocho años, y todavía no sabemos quién está detrás del 11-M” o “a mí los maricones me parecen muy bien; ahora, que les dejen casarse…”
– Deploreibol
Tags: 11-M, chuchos, Montoro, perros, Stalin, UPyD, Zapatero
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02/05/13 Odio las baldosas trampa
Característico de Madrid: las baldosas callejeras mal puestas que, cuando llueve un poco, acumulan agua debajo. En ese estado reposan, como si fueran baldosas cualquiera, hasta que un pobre incauto las pisa y ¡SPLASH! Toda la pierna cubierta de agua.
Ésta de arriba es fácil de ver, pero las jodidas son las que parecen baldosas normales. Son como trampas vietnamitas, parece que alguien las haya puesto aposta para mojar las pencas de los viandantes.
Está claro que hay algún principio físico en juego, alguna ley inmutable de la Naturaleza, que es la que hace que el agua que reposa tranquilamente debajo de una baldosa salga disparada en vertical y hacia arriba, desafiando aparentemente la ley de la gravedad para hilaridad del resto de los paseantes. No soy científico, pero dicho principio probablemente tenga que ver con la presión, la tensión superficial del agua, y tener una pazguata y una estúpida por alcaldesa.
Naturalmente, tener baldosas que ensucian y ponen en peligro a los paseantes es uno de los pilares fundamentales de lo que se conoce como “marca España”, la sórdida estrategia por la que queremos convencer al resto del mundo de que venga a visitarnos para que puedan gozar de las incomodidades y molestias que tenemos que afrontar diariamente los aborígenes. Alguien tendría que decirles a estos capullos de la marca España que, antes de anunciar que España prepara su propia misión a Marte, quizá tendríamos que asegurarnos de que podemos llegar a Medina de Rioseco sin matarnos por el deplorable estado de nuestras carreteras.
Si el abandono y el desprecio a las infraestructuras básicas es tan acojonante en el mismísimo centro de Madrid (aquí, por ejemplo, lo que poníamos hace poco del carril bici que pasa por el kilómetro cero), no quiero ni pensar lo que pasará en los barrios de las afueras o en los pueblos de la comunidad que quedan a desmano.
Así que ya sabéis, visitantes de fuera: cuando vengáis a Madrid y llueva, calzado resistente al agua y ojos atentos al suelo, que cualquier baldosín puede ocultar una trampa. Y si te parece que exagero…
– Deploreibol
Tags: Ana Botella, Ayuntamiento de Madrid, baldosas, lluvia, marca España, Vietnam
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