March 31, 2013 Odio los paraguas
Madrid es como es: una ciudad inhóspita llena de maleducados; pero cuando llueve es cuando ya se empieza a poner la cosa intolerable. El madrileño medio (soy madrileño, ojo) no tiene ni puta idea de cómo llevar un paraguas, así que en cuanto caen cuatro gotas el paseante normal tiene que ir vigilando por un lado que no le saquen los ojos, y por otro que no le pinchen los genitales.
¿Y cómo se lleva un paraguas? Pues NORMAL, esto es, teniendo en consideración al resto de los viandantes. Así que aquí va una guía rápida para el maleducado urbanita sobre cómo se lleva un paraguas en la metrópoli.
1- Si está lloviendo, VERTICAL
Es decir, el palo recto y hacia arriba, la tela del paraguas paralela al suelo, y la vista alerta para subir o bajar el paraguas en función de cómo sean las personas que vengan de frente. Eso de llevar el paraguas apoyado descuidadamente sobre el hombro, tipo La Dama de las Camelias, es una cabronada para el resto del mundo.
2- Si no está lloviendo, VERTICAL
Cuando no llueve, el paraguas se lleva en paralelo a la pierna, apuntando siempre al suelo. Nunca oscilándolo adelante y atrás, y mucho menos agarrado por el centro como si fuese un bastoncillo de mariscal. Si tienes ínfulas de Napoleón Bonaparte sácatelo del cuerpo jugando al Risk, como todo el mundo, pero no amenaces la integridad física de la gente.
Siempre vertical, siempre vertical. Es muy fácil ¿Cómo llegas tu a casa los sábados de madrugada después de tomar unas copichuelas para olvidar tu triste vida? Pues así, no; vertical. Todo lo que merece la pena se hace en vertical.
– Deploreibol
Tags: lluvia, Madrid, maleducados, Sade
- 3 comments
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Permalink # Mara Jade Garland said
Sí señor, ya era hora de que alguien diera unas pautas sobre esto.
¡Cómo me joden los paraguas y sus portadores, que van como locos!
Una vez tuve que contenerme de ahostiar a una tiparraca en el metro. Íbamos en la escalera mecánica de subida, bien colocadicos a la derecha para permitir el paso a los que van por ahí ejercitando sus derechos, y yo iba justo detrás de la tiparraca en cuestión, dejando un escalón de espacio vital entre el suyo y el mío. Claro, al ir detrás y ser la escalera de subida quiere decir que yo estaba más abajo que ella. ¡Pues la muy cabrona iba armada con un paraguas cerrado de ésos acabados en punta! Pero como no había leído su acertadísima guía, no lo llevaba vertical, no. Encima, por si fuera poco, de vez en cuando balanceaba el brazo del paraguas y yo esquivando la cabeza donde me apuntaba la punta ésa.
Menuda subnormal, debería haberle quitado el paraguas y habérselo clavado en el corazón
Permalink # deploreibol said
Yo me tengo que contener también para no ir parando a la gente por la calle y explicarle cómo se lleva un paraguas. Seguramente me ahorre más de un disgusto, porque por algún motivo la gente parece tomarse a mal que se les señale que son unos bárbaros desconsiderados. En todo caso, lo de este país y la falta de civismo es acojonante: no me entra en la cabeza cómo es posible que la gente no se dé cuenta por sí misma de que no se puede llevar un paraguas moviéndolo de atrás adelante exactamente a la misma altura a la que están las cabezas de los niños. No lo entiendo.
Permalink # Mara Jade Garland said
De los niños y de las supervillanas de 1,60. ¡Que también tenemos derecho a vivir!